Lo que nos dicen los niños a través de
Lo que nos dicen los niños a través de
¿Qué son los berrinches?
Son una incapacidad para controlar las emociones que siente el niño pequeño. Es importante recordar estas conductas desbordantes en un niño, significan que él está intentando bajar el estrés, porque lo que esta viviendo en ese momento es una sensación totalmente displacentera. A medida que un niño descubre su autonomía, la mayoría de los padres tienen que manejar los berrinches.
Rebeldía, desobediencia, rabietas, son elementos positivos y formas expresivas de una personalidad en formación.
¿Son normales?
Sí. Los berrinches son una incapacidad para controlar las emociones profundas que siente el niño pequeño, a temprana edad no puede ser considerado como un síntoma de inestabilidad, el problema es cuando se siguen presentando en niños ya en edad escolar.
Edad: 2 años. Si un niño de esta edad no da muestras de oposición, no protesta, obedece, entrega sus juguetes, estará mostrando problemas en la expresión de sus emociones. Que un niño no haga berrinches, es signo de preocupación: Pues el niño tiene miedo a expresarse.
Factores Desencadenantes
Fatiga, estimulación excesiva, estrés y ansiedad, desviación de la rutina normal del niño, exigencia extrema. Otras patologías subyacentes: TDAH de predominio Hiperactivo/Impulsivo, Trastorno de Desafío y Oposición.
Frustración objetiva o verbal de los niños pequeños, el enojo, la inmadurez de la corteza pre frontal, que ayuda a regular los estados de ánimo, los sentimientos y el ejemplo de los padres.
Etapas del Berrinche
1. Va creciendo la frustración
2. “No" o "no quiero"
3. Llanto y gritos intensos
4. Daño intencional, patear, pegar o morder,
5. Daño a sí mismos golpeándose contra el suelo o las paredes
6. Cuando el berrinche se desactiva el niño luce triste y arrepentido, solloza y se acerca a su madre. Busca apapacho
7. Entre mayor es el niño muestra mal humor por más tiempo, el berrinche siempre va dirigido a alguien, puede ser a mamá o papá, pero se asegurará de que haya alguien que lo esté presenciando, nunca realizará un berrinche cuando esté solo.
El papel de los Padres
En el caso de la frustración infantil la intervención de los padres es fundamental, sólo ellos pueden ayudarle a manejar y soportar esos sentimientos de la mejor manera, cuando el pequeño se siente incapacitado por su rabia necesita más que nunca de su apoyo, en especial si pierde el dominio de su cuerpo y puede llegar a hacerse daño.
Descartar que si no puede hacer algo no se deba a una causa física, ayudarle a alcanzar aquello que quiere antes de que empiece el drama. Darle opciones para elegir (dos opciones como máximo) así sentirá que tiene la posibilidad de decidir y sabrá que es capaz, establecer límites precisos con respecto a su entorno. La aceptación de algunas reglas en casa evitará frustraciones innecesarias.
¿Qué hacer ante un berrinche?
Las reglas son las reglas y se van a cumplir. Puede iniciar distrayendo, ignorarlo si el niño está en un lugar seguro, salir de la habitación. Abrazarlos, sin rabia y con dulzura, mirarlo a los ojos únicamente si podemos controlar nuestro enojo, si no, es mejor no establecer contacto visual. Lo importante es que envíes el mensaje “Te estoy escuchando, te amo pero esta actitud no va a conseguir que las reglas cambien”.
¿Qué no hacer?
Abandonarlo, mejor consolarlo por la horrible sensación que experimentó al no poder controlar sus emociones.
Pegarle, los golpes sólo incrementan la frecuencia de los berrinches y su duración e intensidad.
Ceder.
Intentar razonar con ellos, en ese momento el niño es incapaz de pensar de forma racional.
No es Nuestra Culpa
Culturalmente es fuertemente arraigada la idea de los niños son “malcriados” por conductas de sus cuidadores y sus reacciones tienen la intención de manipular a los adultos.
Pero la verdad es que estas reacciones son parte del desarrollo infantil, es una etapa que si nosotros acompañamos a transitar, pasará y se convierte en una etapa más del desarrollo.
No es una lucha de poder, muchas veces es mejor resolver la situación que tener el control. Dejar de tener una actitud rígida ante cosas cotidianas, no es señal de desautorización, mas bien, es un puente de empatía y comprensión ante las necesidades de los niños.
¿Qué hacer si yo como padre, no puedo controlarme?
Es importante que nos miremos a nosotros mismos como cuidadores y así saber de que manera estoy respondiendo al estrés del niño y como estoy dando sentido a la conducta de mi hijo.
De esta manera mirar a los niños a la luz de sus propias necesidades y entender que me pasa al momento de atender a una desregulación para así responder adecuadamente.
¿Cuándo buscar atención Psicológica?
Cuando se lastime durante la rabieta, cuando las rabietas se repiten cinco o más veces por día, cuando además de las rabietas, percibes otros problemas de conducta. Cuando tú o papá también tienen rabietas que no pueden controlar y percibes que en tu hijo sucede igual.
Tips para corregir la conducta del niño
Me calmo y respiro
Regular emocionalmente a un niño no es fácil y menos en estos tiempos donde la paciencia, agotamiento y nuestras propias emociones nos juegan en contra. Por eso una alternativa es verlo como desafío, y una oportunidad de fortalecer el vínculo, con ello, su autoestima y seguridad. Para esto, el cuidador debe estar tranquilo, calmado y regulado para poder sostener la emoción del niño o niña.
Empatizo y contengo
Si la desregulación emocional es muy intensa, es posible que no se detenga la emoción solo con empatizar, pero va a permitir que no se sigan intensificando. Estar con ellos durante el tiempo que dure esta emoción, puede ser un espacio para que se libere, en el que se sienta escuchado y no juzgado.
Redirigir y buscar otras formas de expresar las emociones
Con niños pequeños para lograr contener es literalmente agacharse a su altura, el vea y sienta a su cuidador cercano. No implica estar de acuerdo o justificar cualquier conducta que surja de sus emociones, al contrario es validar su emoción, sentirá que no está solo y volverá a la calma con mayor rapidez.
Acompaño y te contengo
Los niños perciben nuestras emociones y eso aumenta las emociones que ellos están experimentando. Estar tranquilos nos permite leer más rápido y mejor las señales de estrés del niño y nos facilita responder de manera pronta.
Conecto y valido
La idea es hablarle con un tono de voz amable y con calma. Hay niños que durante los berrinches necesitan de contacto físico como un abrazo o alguna demostración de cariño, otros, por el contrario, necesitan su espacio físico, frente a esto hay que respetarlos. Una vez que el niño se encuentre mas tranquilo y sabe que cuenta con compañía y contención, se puede conversar de lo que paso y buscar juntos otras conductas alternativas que permitan expresar su emoción. Es el momento de poner límites de manera respetuosa.
Solo Dios es perfecto y por eso nuestra crianza siempre será imperfecta, recordemos que lidiar con los berrinches es un reto posible de superar, es importante si el padre de familia nota que no puede regular sus propias emociones y le es trabajoso lidiar con las emociones de su hijo, pueda buscar apoyo psicológico. No está mal, pues todos los padres deseamos obedecer a la palabra de Dios, “Y vosotros padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina e instrucción del señor. Efesios 6:4”
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